A veces me parece que estoy en el andén y sólo me apetece silbar. La señal de salida de un tren suena más fuerte, pero a mí me gusta silbar al mismo tiempo. Puedo ver partir un tren más, desde la estación, pero hace tiempo que no me subo a ninguno. El sonido que sale de mis labios es... una estúpida melodía que nunca termina... Y pasa delante de mí, y su velocidad me enreda el cabello. Cierro los ojos porque no me gusta verlo marchar sin mí. Son muchos los días de mi vida en los que cierro los ojos. Y entonces... sólo me apetece silbar...
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